
El sendero, ubicado en cercanías del dique El Cadillal, está entre los más elegidos por los amantes del turismo activo que visitan Tucumán.
En El Corte, Yerba Buena, justo donde nace la selva tucumana, se ubica el parque aéreo que rompió los estereotipos en la región.
Experiencias05 de junio de 2025Hay lugares que son simplemente destinos, y hay otros que se convierten en experiencias. Raki Parque Aéreo, ubicado en la ladera del cerro San Javier, en pleno corazón de Yerba Buena, Tucumán, pertenece claramente a la segunda categoría. No es solo un parque: es una propuesta integral de aventura, recreación, conexión con la naturaleza y encuentro social, que ha logrado posicionarse como una de las atracciones más originales y versátiles del norte argentino.
Con una vista privilegiada del Valle de Tafí por un lado y del llano tucumano por el otro, Raki se alza literalmente entre los árboles, fusionando deporte, diversión y naturaleza en una fórmula tan audaz como atractiva. Su nombre, que proviene del idioma quechua y significa “puente”, no podría ser más apropiado: es un verdadero puente entre tierra y cielo, entre juego y desafío, entre naturaleza y tecnología.
La ubicación de Raki no es casual. El parque se encuentra sobre la Ruta Provincial 338, a unos 20 minutos del centro de San Miguel de Tucumán. Esta zona, conocida por su belleza escénica, es una de las preferidas para el turismo activo en la provincia. Enclavado entre bosques nativos, con aire puro y temperaturas más frescas que en el llano, Raki aprovecha al máximo su entorno natural sin alterarlo, convirtiéndose en un ejemplo de turismo sostenible.
La flora circundante –ceibos, laureles, helechos y nogales silvestres– no solo brinda sombra y belleza, sino que también sirve de estructura para los circuitos aéreos. En este parque, los árboles son los pilares que sostienen un ecosistema de diversión en las alturas.
Raki es el primer y único parque aéreo del NOA, y su propuesta no tiene comparación en cientos de kilómetros a la redonda. Inspirado en modelos europeos y canadienses de turismo de aventura, adapta los circuitos de arborismo y tirolesa al contexto local, con niveles de dificultad aptos para todas las edades.
Esta exclusividad lo convierte en una parada obligada tanto para turistas como para tucumanos que buscan nuevas formas de entretenimiento al aire libre. Desde cumpleaños infantiles hasta entrenamientos corporativos, pasando por visitas escolares o escapadas familiares, Raki ofrece una experiencia que combina adrenalina y seguridad, desafío físico y juego consciente.
El funcionamiento de Raki se basa en circuitos suspendidos entre árboles, a diferentes alturas y con variados niveles de dificultad. Los visitantes, luego de recibir una capacitación inicial y equiparse con arnés, casco y sistema de seguridad continua, acceden a una red de plataformas, puentes colgantes, sogas, redes y tirolesas.
La línea de vida continua, un sistema que impide que el usuario se desconecte del cable principal durante el recorrido, es una de las claves que hacen de Raki un parque seguro y apto incluso para quienes no tienen experiencia previa en deportes de aventura. Esto, sumado a la permanente supervisión de guías especializados, garantiza una experiencia tan emocionante como cuidada.
Raki Kids: diseñado especialmente para los más pequeños, a baja altura y con juegos adaptados para su motricidad.
Raki Medio: un nivel intermedio que desafía con puentes movedizos, túneles de red y mini tirolesas.
Raki Pro: ideal para quienes buscan un desafío mayor, con plataformas altas, equilibrio extremo y tirolesas más largas.
Tirolesas XL: para quienes se animan a volar, una serie de tirolesas de mayor longitud permiten sentir el vértigo del vuelo sobre el bosque.
Además, el parque cuenta con espacios de descanso, áreas de picnic, confitería y zonas abiertas donde se realizan actividades complementarias como yoga al aire libre, talleres para niños o eventos especiales.
Más allá del arborismo, Raki se ha consolidado como un espacio de encuentro social y cultural. Es común ver a familias, grupos de amigos, parejas y colegios disfrutando del lugar no solo por sus juegos, sino por la posibilidad de desconectarse del ruido urbano y reconectar con el entorno.
También ha sido sede de eventos deportivos, jornadas de team building empresarial, y encuentros recreativos y educativos. Esta capacidad de adaptarse a distintos públicos lo convierte en una plataforma versátil para el turismo de experiencias, una tendencia en auge que busca ofrecer vivencias auténticas, activas y memorables.
En tiempos donde el contacto con la naturaleza y la actividad física son más valorados que nunca, Raki ofrece un formato de entretenimiento que invita a superar límites personales sin necesidad de competir, a moverse sin sentirse en un gimnasio, a socializar sin pantallas, y a redescubrir el placer de estar al aire libre.
En definitiva, Raki es mucho más que un parque aéreo. Es una invitación a mirar el paisaje desde otra perspectiva, a jugar con el equilibrio, a volar con seguridad, a compartir con otros desde la risa y el movimiento. Es un símbolo del nuevo turismo tucumano: activo, innovador, responsable y profundamente conectado con su territorio.
Quien lo visita, no baja igual. Porque desde las alturas, todo se ve distinto. Y en Raki, eso es precisamente lo que se busca: mirar el mundo desde arriba, con los pies en el aire y la emoción a flor de piel.
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