Turismo ¿inteligente? límites y desafíos que impone el uso de la IA

El viaje perfecto amenaza la emoción del descubrimiento. Los influencers virtuales rompen los límites entre persuasión y engaño.

Innovación06 de junio de 2025
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LA IA EN EL TURISMO.La irrupción de la inteligencia artificial en la industria interpela acerca del equilibrio y los límites para evitar que la experiencia termine siendo negativa.

En el mundo del turismo, donde la magia de un viaje empieza desde la primera búsqueda hasta la última foto del regreso, la tecnología viene pisando fuerte, dispuesta a redibujar el mapa. Y no hablamos de una app nueva para chequear el clima o reservar alojamiento: hablamos de una revolución liderada por la inteligencia artificial, capaz de diseñar tu escapada soñada… o enviarte, por error, a un hotel romántico con vista al aeropuerto.

Sí, así de prometedora y, por momentos, fallida es esta nueva era del turismo inteligente, donde los protagonistas ya no son solo humanos, sino también asistentes virtuales, algoritmos hambrientos de datos y hasta influencers que no existen (pero tienen más seguidores que vos y yo juntos). Bienvenidos a un nuevo capítulo del turismo, uno en el que viajar también implica hacer clics, hablar con bots y seguir a personas que nunca nacieron.

De la agencia de viajes al algoritmo

Durante años, las plataformas digitales como Booking, TripAdvisor y Expedia marcaron el fin de las agencias de viaje tradicionales. Los usuarios ganaron autonomía, variedad y control. Pero hoy, esa libertad se perfecciona —o se complejiza— con asistentes virtuales potenciados por IA, capaces de ayudarte a planificar un viaje sin salir de tu celular.

Herramientas como Romie (de Expedia) y AI Trip Planner (de Booking.com) no solo filtran vuelos y hoteles, sino que aprenden de tus preferencias. ¿Escapada romántica? El sistema ya sabe que buscás algo más que un desayuno buffet. ¿Vacaciones con niños? Te sugiere parques, atracciones y hoteles con pileta sin que lo pidas. ¿Viaje de introspección al norte argentino? Tal vez te recomiende una estadía en Tafí del Valle con clase de yoga al amanecer.

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El punto fuerte: personalización. La IA no solo busca, sino que “entiende”. O al menos lo intenta. Porque, como señaló The Economist y demostró un test realizado por Evercore, todavía hay errores que evidencian que esta tecnología aún está aprendiendo a ser humana. Como aquel día en que TripGenie recomendó un hotel cerca del aeropuerto Charles de Gaulle para una luna de miel en París. Romántico… pero solo para fanáticos de los aviones.

Influencers que no pisan tierra

Mientras los asistentes virtuales afinan sus algoritmos, otro fenómeno crece en las redes sociales: los influencers virtuales de viaje, esos rostros perfectos y sonrientes que parecen disfrutar de playas soñadas, cafés boutique en Berlín o cascadas ocultas en Islandia, pero que en realidad nunca salieron de una computadora.

El-turismo-de-la-mano-con-la-tecnologia-1280x720-1Digital, inmersivo, sustentable: el futuro del turismo ya está ante nosotros

Personajes como Aitana, Nyah o Emma (la influencer virtual creada por la Junta Nacional de Turismo de Alemania) protagonizan campañas de promoción con una eficiencia sorprendente. No cobran viáticos, no se cansan, no cancelan a último momento y producen contenido visual impresionante gracias a herramientas como Midjourney o DALL·E.

Las marcas los adoran. Los organismos de turismo, también. Pero hay una pregunta que no se va: ¿Qué tan auténtico puede ser un viaje contado por alguien que no estuvo ahí? ¿Dónde queda la experiencia?

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El dilema es tan profundo como actual: ¿puede la IA reemplazar la emoción, el error, el asombro? Porque viajar, después de todo, no es solo llegar a un destino perfecto. Es perder el tren y descubrir un rincón nuevo. Es probar un plato raro y amarlo (o no). Es conectar con una historia, un guía, una mirada. Y eso, al menos por ahora, la IA no lo sabe narrar.

Incluso los mejores asistentes virtuales no pueden oler la tierra mojada después de la lluvia en El Cadillal, ni recomendarte ese puestito informal de empanadas en Amaicha que no figura en ninguna guía, pero que te cambia el almuerzo y el día.

¿Y entonces?

El futuro del turismo parece estar hecho de una mezcla: IA para lo práctico, humanos para lo esencial. Los avances son valiosos, útiles, prometedores. Pero también requieren atención, ética y un debate abierto sobre la genuinidad de las experiencias.

Mientras tanto, los viajeros seguirán buscando —en sus celulares o en la ruta— ese algo que no se puede programar: la emoción real de estar ahí, de descubrir, de vivirlo.

Porque viajar, en el fondo, sigue siendo una aventura del alma. Y esa, todavía, no se puede digitalizar.

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